Los grandes cambios en mi vida se dieron a partir de largos
periodos de encierro. Sentirme encerrada, es la sensación que percibo cuando
creo encontrarme en un callejón sin salida. Atrapada en una red, que me
aprisiona y oprime. Sin embargo llega el momento en que me desvanezco como el
hielo, me traslado y salgo. Salir, salirme, es como el agua, un continuo
fluir para ser y transformarme. Mis obras son sinónimo de este proceso de
salida, de escape o de evasión.
Elijo trabajar con elementos naturales, porque creo en su fuerza
renovadora. Sentir la tierra y el agua escurrirse entre mis dedos, es la
sensación más liberadora.
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